La habitación verde y la habitación azul

¿Cabe una familia numerosa en un piso de tres habitaciones? Pues tendrá que caber. Papá y mamá comparten habitación así que dos hermanos pueden compartirla perfectamente también, ¿no? En mi caso y en el de mamá, no hemos tenido que compartir habitación nunca con hermanos, es lo que tiene ser hijos únicos (muy a nuestro pesar). Pero hace no demasiados años no era algo raro. Así que Pablo y Luis tendrán que estar unos años en la misma habitación. Igual que están ahora…

 

El problema se plantea cuando en la habitación más grande está ya su hermana mayor, Julia. Así que toca hacer mudanza. Traslado de juguetes, libros, ropa, colchón…

 

Rana

 

La decoración, además, es muy importante. Y que Julia colabore también. Le gusta, se emociona, se ríe, y poco a poco, sin saberlo, empieza a sentir la habitación nueva como suya. Y ya tiene de ganas de dormir en ella.

 

Buhos

 

Y un día, por fin: «Julia, ¿quieres dormir en la habitación verde?». Y va y responde: «Sííííííí». Luego no resulta ser tan tan tan fácil: «Quiero dormir en la habitación azuuuuuul…». Pero explicando que está en la habitación nueva, que los dibujos son muy chulos, que nos ha ayudado, y que tiene todas sus cosas… Conseguido!!!

 

Frase

 

Puede que estemos un poco mal acostumbrados a que sobre espacio. Puede que si nos apretamos un poco, todos quepamos. Puede que la vida no siempre sea tan difícil como nos parece. Puede que solamente haya que intentarlo.

La cabeza del fémur

Cuando vas a una ecografía para simplemente confirmar que sigue todo bien, te puedes encontrar con sorpresas muy agradables, y ver, por ejemplo, una cabeza de fémur perfectamente formada. Es un pequeño detalle, pero, por inesperado, llama poderosamente la atención. Una cosa tan simple, puede recordarte que lo que está ocurriendo en el vientre de mamá es algo maravilloso.

 

Pablo y Luís pesan ya casi 1,700 kilos cada uno y ya tienen mucho trabajo hecho. Ya tienen sus huesitos perfectamente formados, aunque aun son muy flexibles. También pueden distinguir entre luz y oscuridad, algunos sonidos (el más importante de todos, claro, la voz de su padre), y los sabores dulces o salados. No me preguntéis cómo se sabe todo esto. Y algo que la primera vez que ocurre puede ser preocupante si no sabes qué es, tienen hipo. Os aseguro que poner la mano en la tripocha de mamá y notar los golpecitos rítmicos es más que curioso.

 

Mamá tiene dentro dos personitas que no paran de dar puñetazos, patadas y arañazos, y debe ser agotador. Cuando no es uno es otro. No paran. Da igual de día que de noche, dormida o despierta, sentada, tumbada o de pie. Tienen su propio ritmo. Uno está de cabeza y otro de culo, así se reparten bien el espacio.

 

Para blog

 

A estas alturas, ya hay muchas ganas de verles el culete, y de darles un mordisco en él, por supuesto. Hay ganas de ver el color de sus ojos, si tienen mucho pelo… Hay ganas hasta de cambiarles pañales. Pero, afortunadamente, hay que esperar un poco todavía.

Heroínas

Mamás, sois heroínas. De verdad. Y las que tenéis o habéis tenido un embarazo múltiple, más todavía.

 

Heroínas por llevar dentro una vida, o más. Por soportar náuseas, ardor de estómago y digestiones interminables. Por ver cómo vuestro cuerpo deja de perteneceros. Porque no os veis los pies para poneros los zapatos. Por aguantar anemias, y comer hierro. Por recibir patadas y puñetazos. Por pasar largar noches sin dormir. Por los dolores de espalda. Por el gel que os echan en la barriga para hacer las ecografías. Porque muchas estáis solas. Por las veces que la vida que está dentro de apaga. Por no poder pensar solo en vosotras. Por tener ganas de hacer pis cada media hora. Por tener que trabajar mientras todo esto pasa.

tamano-barriga-embarazo

 

Si yo tuviera que aguantar todo esto no se si podría. Sí, ya lo se, no queda otra que sufrirlo, pero no se si muchos hombres estaríamos dispuestos a embarazarnos sabiendo todo lo que conlleva durante nueve meses.

 

Así que una mujer embarazada merece todo mi respeto, y debería ser respetada por todos. Hay gente que lo hace, y les cede un asiento en el autobús, por ejemplo; pero otras veces, muchos no nos damos cuenta de que todos nosotros, también hemos estado dentro de nuestra mamá.

Quiero mis cuatro semanas

En 2007 se aprobó el permiso de paternidad con una duración inicial de 15 días, que se irían ampliando con el tiempo. El 1 de enero de 2011 tenía que haber entrado en vigor el permiso de 4 semanas. Sí, el 1 de enero de 2011.
Pero parece ser que nos hemos pasado con algunos gastos, y ahora, cinco años después, en España no hay dinero suficiente para que el permiso pase a ser de 4 semanas. Hablando claro, hay que joderse. Aquí hay dinero para otras cosas. Hay dinero para montones de asesores. Hay dinero para aeropuertos innecesarios. Hay dinero para coches oficiales. Hasta habrá dinero para repetir unas elecciones porque nuestros señores políticos no son capaces de ponerse de acuerdo. Mientras tanto, los papás tendremos que conformarnos con un permiso de la mitad de días de los que debería, y cuando acaba, las pobres mamás a cuidar de los recién nacidos ellas solas.
En mi caso, por ser mellizos y pasar a ser familia numerosa me corresponden 24 días (2 por nacimiento, 20 por paternidad pasando a ser familia numerosa, y 2 por parto múltiple). Parecen muchos, sí. Pero imaginando la situación en casa con una hija de 3 años y medio y sus hermanos recién nacidos, son escasísimos, para mí y, sobre todo, para mamá. Mejor no pensar en una posible estancia de unas semanas de Pablo y Luis en el hospital al nacer…

Bicorial biamniótico

Así se llama nuestro embarazo actual. Nuestros nenes, Pablo y Luis tienen cada uno su placenta y su saco privado. Son mellizos. Así que no deberíamos confundirlos cuando nazcan porque no tienen porque parecerse más que dos hermanos cualesquiera.

Está siendo un embarazo muy complicado. Problemas de estómago desde el principio, dolores de espalda, dificultades para dormir, mucho cansancio… Todas las molestias posibles. Pero claro, todo es normal, como son dos… Todo hasta que después de decir infinitas veces que mamá se agota con nada, detectan en una analítica que tiene anemia, y a tomar hierro, mu rico.

Hoy Pablo pesa 1194 gramos y Luis 1261 con 28 semanas y 4 días y están todo lo bien que podrían estar. Además, dónde mejor que en la barrigocha de mamá con el frío que hace fuera. Parece que no hay ningún síntoma de que quieran salir antes de tiempo.

Pablo y Luis vienen grandes, tan grandes que nos han adelantado una semana el embarazo. Cosa incomprensible porque, hasta donde sabemos, lo que cuenta para el desarrollo de los fetos y su posible futura estancia en el hospital es más el numero de semanas de embarazo.

Para un recién nacido, como para nosotros, es fundamental respirar, y si no tiene los pulmones suficientemente desarrollados no puede. Hay bebés de 32 semanas con madurez pulmonar, mientras algunos de 38 semanas todavía no la han conseguido perfectamente. Sobra decir entonces que cuanto más tiempo dentro, mejor.

El comienzo

Cuando te enteras de que vas a ser padre, un inmenso sentimiento de alegría te recorre. Pero si tienes ya una hija, y te enteras que vas a tener mellizos, la alegría, la felicidad, y la ilusión, se mezclan con la preocupación porque el embarazo y el parto vayan bien y el temor por no dar a vasto cuando nazcan.
Ser padre es una grandísima responsabilidad, seguramente la mayor que existe. No solamente tienes unas personitas a las que tienes que proporcionar todo lo que necesiten, sino que además tienes que educarlas para que, en el futuro, sean precisamente eso, PERSONAS. Todo lo que van a ser, las personas en las que se van a convertir, dependen de ti.
Siempre es más fácil si tienes, y en mi casi es así, una compañera de camino que comparte contigo ideas, valores y prioridades. Sientes que juntos se puede con todo, hasta con una familia numerosa.
Aquí comienza un camino largo, tan largo como una vida. Probablemente haya momentos de risas, de preocupaciones, de alegrías, de llantos, de emoción, de ilusión, de impotencia… Pero va a ser tan bonito que merece ser compartido.