Llega el momento de hacer un parón. Es verano, hace calor, nos vamos de vacaciones… Echamos el cierre temporal hasta septiembre.
Ahora es tiempo de descansar, ir a la piscina, paseos nocturnos… Incluso de un viajecito a Asturias de seis días para desconectar un poco y que la abuela de papá conozca a sus bisnietos, que seguro que le hace mucha ilusión.
En estos seis meses de vida del blog, ha tenido un total de casi 25000 visitas, muchas más de las que pensábamos. Hemos llegado a más de 900 amigos en Facebook y a 240 seguidores en Instagram. Gracias a todos los que nos habéis leído y seguido.
Volveremos en un par de meses con, esperamos, nuevas ideas, nuevas cartas, nuevas risas, nuevas conversaciones entre mellizos, nuevos pensamientos… Hasta entonces, nos mantenemos en contacto desde Facebook e Instagram.
Hay gente muy descarada por el mundo, capaz de decirte o preguntarte cosas que no deberían. Aunque a veces no te apetezca escuchar, y den ganas de taparse los oídos, no te queda otra que tomarlo con humor porque la otra opción es una mala contestación. Todo cambia si te lo dice alguien con quien realmente tienes confianza, pero cuando no es así, dan ganas de…
Pregunta o comentario uno: ¿Ya pararéis no?
Respuesta amable: Sí, nosotros ya hemos subido la media, ya hemos cumplido con nuestra parte.
Respuesta borde: ¿Por qué? La natalidad del país está muy baja y además necesitamos hijos que trabajen para pagarnos las pensiones cuando seamos mayores, que a ese paso no nos llegan. Además, ¿a usted qué le importa?
Pregunta o comentario dos: Os ha tocado el gordo…
Respuesta amable: Bueno, tenemos antecedentes de mellizos así que ya sabíamos que podía pasar…
Respuesta borde: Pues mire, esto no es una lotería, con lo cual no nos ha tocado nada. Hemos tenido hijos porque hemos querido tenerlos, y si vienen de dos en dos, pues doble alegría. Además, ¿a usted qué le importa?
Pregunta o comentario tres: ¿Cómo los distinguís?
Respuesta amable: No es tan difícil. Mira, en los chupeteros pone el nombre de cada uno.
Respuesta borde: Teniendo en cuenta que uno es rubio y otro es moreno, no sabría decirle… Son mellizos, no tienen porque parecerse más que dos hermanos cualesquiera. Además, ¿a usted qué le importa?
Pregunta o comentario cuatro: Ese niño es más tranquilo.
Respuesta amable: Sí, la verdad es que duerme más y llora menos.
Respuesta borde: Pues hombre, el tiempo que usted lo ve es insignificante, no tiene ni idea de si es más tranquilo o no. Tenía usted que verlo cuando parece que ha bebido cafeína pura. Además, ¿a usted qué le importa?
Pregunta o comentario cinco: ¿Dan mucha guerra?
Respuesta amable: Bueno, un poco. Como son dos, es normal.
Respuesta borde: Pues no. Los niños no dan guerra. Dan, como mucho, trabajo. Y además, un trabajo que te cagas, para que le voy a decir que no. Pero, ¿sabe qué? Es el trabajo mejor pagado del mundo. Además, ¿a usted qué le importa?
Pregunta o comentario seis: Ese carro no debe caber por las puertas…
Respuesta amable: Bueno, en algunas anda justo, pero sí que cabe. Hemos comprado uno que sabíamos que cabría.
Respuesta borde: Sí que cabe. Por las puertas de casa, por las de los ascensores, por los pasillos del Corte Inglés, y por todas las acera de las calles. Además, ¿a usted qué le importa?
Seguro que hay muchas que se me olvidan, estas son las más repetidas. ¿Echáis alguna en falta? ¿Qué es lo más indiscreto que os han llegado a preguntar? ¿Qué os quedáis con ganas de contestar?
PD: como siempre, si te ha gustado la entrada del blog, o el blog en general, más abajo puedes compartirla en redes sociales o seguirnos.
Hoy la entrada va sin foto. No tengo foto que pueda describir el enfado que siento. Conmigo el primero, y con el mundo después. Este vídeo de Unicef muestra una situación por la que puede que pasen cada día millones de niños en el mundo, y es muy triste. Tan triste que hasta la propia actriz, una niña, no puede seguir adelante y al final sale corriendo mientras llora.
El experimento consiste en dejar a una niña sola primero en la calle y después en una cafetería, primero vestida con ropa limpia y cuidada y después vestida con ropa sucia y mal aspecto. Y comparar lo que ocurre. Las reacciones de la gente, empezando ya con las caras y los gestos nada más verla, son muy distintas en una situación y en otra. En el vídeo queda muy claro que nos dejamos guiar por las apariencias de las personas. Nada más ver a la niña, ya la hemos juzgado y hemos decidido que es buena o es mala, que realmente necesita ayuda o que está buscando jugárnosla. Incluso hay gente que llama al personal de la cafetería para pedir que se la lleven. Esconder los bolsos es lo mínimo que hacen.
¿Cuantos niños y niñas pasarán por algo así al cabo del día? ¿Cómo tienen que sentirse? Si la niña del vídeo es una actriz y no puede aguantarlo, imaginémoslo en una situación real. Con un niño que realmente necesita algo y no tiene «buen aspecto». Es horrible, seguro. Y todo porque ha tenido la mala suerte de nacer en uno u otro sitio, o en una u otra familia. Así funciona el mundo que hemos creado, en el que participamos todos. Y no hace falta irse muy lejos para que esto pase. Ojo, que me incluyo a mí también. Mi enfado es, sobre todo, porque estoy seguro de que en alguna (o en muchas) ocasión he hecho algo parecido, y encima ni me he dado cuenta.
El video pertenece a esta campaña de Unicef que pretende concienciar sobre cómo la desigualdad amenaza el presente de estos niños y el futuro del mundo. Si no lo evitamos, las consecuencias dentro de unos años serán devastadoras. Si seguimos así, 69 millones de niños morirán por causas evitables hasta el año 2030. Y sin embargo, debería ser muy fácil cambiar esto. Hagámoslo. El primer gesto que deberíamos tener con los niños y niñas, conocidos o desconocidos, con un aspecto o con otro debería ser sonreír. Es gratis. Son niños, se les hace felices con muy poco… ¿Te apuntas? Yo empiezo desde ya.
Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde.
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