Mis dos cojones

Sí amigos, tengo dos cojones. Y los dos son bien grandes. Lo más curioso de todo es que uno es rubio y otro es moreno. Los tengo desde hace casi nueve meses. Uno es un poco más cojón que el otro, pero son bien cojones los dos. No paran ni un segundo, todo el día están cogiendo y cogiendo. Lo quieren coger todo. Es por eso que son tan cojones.

Supongo que, a estas alturas, ya os habréis dado cuenta de sobre qué no va esta entrada del blog, o eso espero.

cojones-juntos
Los dos cojones cogiendo

Pues resulta que cada cojón hace las cosas a su manera. Coge las cosas a su manera. Son distintos hasta para coger.

El cojón moreno suele ir más de tranqui. Se lo toma con más calma. Hay veces que le cuesta decidirse. Mira un poco todo, elige, y luego coge. Parece más tranquilo cuando va a coger cosas, pero cuando le quitan algo, como se pone… Después de coger, chupa. Porque todo es susceptible de ser probado.

El cojón rubio es bastante más inquieto. Cuando lo ponemos donde sea, observa dos segundos, como mucho, a su alrededor, y a coger. Lo que sea, da igual. El caso es coger. Para eso es un cojón. Y si se tiene que llevar a algo o a alguien por delante, se lo lleva. Nada se interpone entre él y su cosa de coger, sea la que sea. Y también de chupar. A veces, a éste también le gusta dar golpes, a ver cómo suenan las cosas. Hasta ha roto una espumadera después de abrir el cajón y cogerla, el muy cojón.

En sus ansias por coger, los dos cojones, pueden ponerse muy serios. Casi hasta asustan. A mí, alguna vez, me han cogido de la pechera y me han mirado como diciendo «déjame coger lo que quiero, o la vamos a tener tú y yo». Y ponen cara de malotes (en realidad es que les llaman la atención los botones e intentan cogerlos).

De cojones que son, ya les hemos empezado a llamar así. Les decimos «!cojón, que eres un cojón!». Y se ríen. Y luego… luego siguen cogiendo. Aunque tenemos que empezar a tener un poco de cuidado con esto, porque su hermana ha empezado a decírselo también y claro, pierde un poco la gracia, o no.

Y es que mis dos cojones son tan cojones, que, por coger, algunas veces cogen hasta mientras están dormidos, así como sin darse cuenta. Pero esto es ya otro estilo de coger…

cojon-dormido

6 comentarios en “Mis dos cojones

Deja un comentario