El segundo embarazo

Vaya por delante que la etapa del embarazo me parece preciosa para la mujer y su pareja, pero es cierto que según cómo te encuentres tu, y cómo esté el bebé se llevará de mejor o regular manera.

 

Cuando nos confirmaron que estábamos de nuevo embarazados, fue una gran alegría para ambos. Un poco de susto al principio, ¡¡ERAN 2!! pero como la yaya Rosario ya nos lo había advertido, estábamos sobre aviso. Hasta entonces lo único que había notado era que mi sentido del olfato ya muy desarrollado de por sí, se había hecho aún más. A partir de ese momento, ya no volvió a parecerse en nada al anterior embarazo.

 

Unos días después los sangrados, nauseas y vómitos no paraban. El médico de cabecera me dio la baja por embarazo de riesgo y la ginecóloga, además, me recomendó reposo relativo, ¿y qué es eso? ¿qué puedo hacer y qué no? En principio reduje las salidas, intentaba no coger demasiado peso y poco más. Las visitas al hospital aumentaron a 1 cada 4 semanas.

 

Según iba pasando el tiempo mi situación no mejoraba, seguía manchando, tenía frecuentes dolores de tripa, me estaba atiborrando a Cariban (fármaco para evitar las nauseas) y Alquén (para evitar la acidez) y además estaba muy cansada.

 

En la eco de las 12 semanas, los chiquibebés iban fenomenal, median más de 7cm cada uno. En relación a mis quejas de cansancio, acidez, nauseas, etc, la única respuesta es que era un embarazo de 2!!!

 

Desde casi el principio las naranjas o kiwis parecían acido cítrico en mi estómago, así que suprimidos, cualquier legumbre en puré porque si no, no me hacía la digestión, carnes y pescados sin salsas, cantidades pequeñas de cualquier comida, hasta el fiambre de pavo me producía acidez, entonces, ¿qué como? Era desesperante, porque sabía que no me estaba alimentando en condiciones, pero no me apetecía nada teniendo continuamente ácido el estomago,  que traía consigo que tampoco pudiera dormir por las noches. Ni siquiera tenía antojos como en el embarazo de Julia que me dio por las aceitunas y los gusanitos, jeje.

 

Un mes después, nuestros chiquibebés ya pesaban 200gr cada uno y “según sus medidas” nos adelantaron una semana, ya no estábamos en la semana 16, sino en la 17 (no sabíamos que esto se hacía, nos sorprendió bastante). Yo seguía de mal en peor, me cansaba ante cualquier esfuerzo, por pequeño que fuera, ducharme, hacer la cama, tender la ropa, recogerla…Me daban taquicardias así que insistí en que no me parecía normal, porque sí es cierto que son 2, pero en el embarazo de Julia, fui de boda 15 días antes de que naciera (¿verdad Mónica?), podía con el carrito de la compra, paseábamos todos los días, algo que no he podido hacer en este. Ante mi insistencia, la ginecóloga me mandó al cardiólogo…

 

Mientras tanto, ni paseos, ni gimnasia para ponerme en forma, ni apenas salir de casa sino era para ir a buscar a Julia. Tuvimos que comprar un banquito para poder ducharme sentada porque ya no podía aguantar y seguía haciendo cualquier tarea de la casa como si fueran duras etapas ciclistas, con descansos entre ellas. Lo de darme crema después, puf, ¡si casi no podía vestirme! Relegado a una vez a la semana, como mucho.

 

En la siguiente visita a la matrona, mientras ella buscaba el latido del corazón de los peques, me mareé. Nunca me pasó en el anterior embarazo, por lo que no lo esperaba, era algo rutinario y había llevado a Julia para que ella también los escuchara, sin esperar que algo así podía suceder. Me volví a marear en la eco de las 20 semanas… ahí por lo menos estaba sobre aviso y sabía que podía ser posible.

 

En la visita al cardiólogo, me confirmaron que todo estaba correcto, pero que mi corazón tenía que trabajar  más de lo normal para llevar sangre a las 2 placentas y que el útero oprimía toda la zona torácica. Nueva consulta en un mes, en la que me volvieron a decir que todo normal, como ya esperaba.

 

En la visita de las 20 semanas, Pablo y Luis pesaban casi 400gr cada uno, seguían perfectos. En la consulta, después de repetirme que todas mis molestias eran normales y se debían al doble embarazo, por fin me mandaron unos nuevos análisis de sangre.  Yo con la lengua fuera cada vez que andaba más de 5 minutos seguidos o hacia cualquier actividad.

 

Semana 24,  los mellizos siguen creciendo y engordando a la par, ¡son unos jabatos!, pero Pablo ya está de cabeza y Luis sigue de nalgas, puede ser cesárea de nuevo, como cuando Julia. En la consulta la ginecóloga me dice que tengo mucha anemia, hay que tomar Tardiferon mañana y noche en ayunas y ¡salir a pasear!. Me quedé a cuadros, pero ¡si le llevo diciendo desde hace 3 meses que no puedo con mi alma, me ha mandado al cardiólogo en lugar de hacerme antes el análisis, y ahora me dice que es que tengo “mucha anemia”!. Me enfadé muchísimo. Pero bueno ellos estaban bien que era lo que más me importaba.

 

Las siguientes semanas fueron duras, el Tardiferon me sentaba fatal, agravó mi acidez, mi estreñimiento y el no poder descansar por las noches porque tenía que tomármelo en ayunas y mi estomago me lo recordaba continuamente. Mis amigas de la farmacia me dieron la opción de tomármelo con las comidas aunque no se absorbiera del todo, para evitar el mal estómago Así empecé a hacerlo y aunque no se solucionó del todo, era más llevadero.

También empecé a dormir en otra habitación para poder subir el colchón con libros (qué útiles son las enciclopedias para estos casos) y ponerme más almohadas.

 

En la visita de la semana 28, los bebés pesaban 1,2kg cada uno, siguen creciendo y desarrollándose muy bien, Pablo cabeza abajo y Luis cabeza arriba. Ya no les iba a decir las molestias que tenía, ¿para qué? Únicamente al final, le comenté que tomaba el hierro con comida porque con la acidez que tenía, no podía comer ni dormir, y su contestación es que me estaba jugando una transfusión, así que yo vería… ufff. Me cambió el formato a Ferrosanol. Este es más llevadero con mi acidez.

¿Y por qué me duelen tanto las inglés? Tampoco me pasó en el anterior embarazo.

 

Semana 32, ¡¡Pablo y Luis se han colocado!! Unos días antes, durante toda una mañana, tuve bastantes dolores en la barrigota, parece que era Luis dándose la vuelta. Ya pesan unos 2 kg cada uno y todo sigue su evolución normal. Mi anemia ha disminuido algo, pero no me encuentro mucho mejor de las taquicardias y el cansancio. Me dijeron que si en la semana 38 no habían salido, me provocarían el parto.

 

Hacía una semana que ya no conducía porque la última vez que fui a buscar a Julia me dieron unos dolores bastante fuertes estando ya en el cole y nos tuvieron que traer a las 2 a casa. Me da miedo que pueda volver a ocurrir. Ya hemos puesto en marcha la “red de ayuda” para organizar quién me trae a Julia a casa cada día.

 

Hasta la semana 34 no me había salido ni una estría, en el de Julia tampoco, pero un día me empezó a picar bastante la barriga y ¡sorpresa! Cada día me van saliendo más. Ni rosa mosqueta, ni Bio-oil, ni cremas…La verdad es que no me preocupo por ellas sino por lo que me pica y el dolor en la zona del ombligo.

 

Y aquí estamos, camino de la semana 36, con los mellizos sin parar de moverse, con los 2kg superados, los pulmones terminando de prepararse y yo con un miedo increíble porque no me he preparado nada para parir. Siempre pensamos que sería cesárea al no estar colocados boca abajo ambos, (Julia estuvo de nalgas desde la semana 30), y con mi estado físico tampoco me apetecía ir a hacer “el gato” y otras contorsiones.

 

Soy muy consciente de que parir supone un trabajo físico para el que es mejor estar preparada, pero yo no he hecho ejercicio alguno, ni andar, ni masaje perineal, ni Kegel, ni pujos, ni respiraciones, ni nada de nada. Pariremos por instinto, jeje, y espero no montar ningún espectáculo.

 

Sólo deseo, que nuestros bebés nazcan sanos y cuando ellos quieran, pero mañana es el cumple de papá y podría ser buena fecha (¿oido chicos?). Otra, por ejemplo, es el 14 de marzo que hará 18 años desde que Raúl y yo empezamos a salir, pero tranquilos vosotros tomaos vuestro tiempo.

 

Espero que después de leer todo esto, os quedéis con la idea de que nuestra ilusión era ser padres de nuevo y anula cualquier mal momento vivido en el embarazo.

Os quiero bebés, te quiero Julia, te amo Raúl.

8 comentarios en “El segundo embarazo

  1. !Que bonito todo lo que escribís! Belén y Raúl, me tenéis enganchada. Ya queda menos para que lleguen los pequeños, mucho ánimo para la llegada a la meta y un besazo muy fuerte!

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  2. Segun mi mantrona de nada sirve andar antes del parto lo mejor descansar y el di del parto anda y muevete asi salen antes y comerse un chocolate caliente jiji eso nos dijo saludos y que valle genial el parto.!

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